Memento Amoris

Silente, vivo dichoso sobre tu piel,  Y rebelde, existo dudoso b ajo t u vientre. Te amo inconsciente,  como un ave fúnebre, Que ama e l viento, y rechaza la muerte.

Nuestras almas se enlazaban  En un aparente sincretismo perfecto. Por ello, de su amor ignore,  Un elemento imperfecto, la indecencia.

Y a pesar de las flechas punzantes  Que en cruenta agonía me desvelan, la  amare por siempre,  Cómo se ama asustado de muerte bajo el puente. Porque se que no pudo amarme,  Porque no me amo consciente;  y en ese trance  Deslumbrante,  cegado de pena, encontré el amor que arde.

En cada palabra escrita,  Vas dejando encinta /  Un poco de tu herida /  Un poco de tu sangre / Un poco de tu llanto / Un poco de tu canto / Un poco de tu cielo / Y todo de tu infierno /

Que tu corazón vulnerable jamas construya corazas, Y en la zozobra ingrata,  regale franca abrazos de piel con alma ...

Amo tu cuello callado, perfecto, Que me llama en latidos inciertos, A soñar con paraísos posibles, Que dan alas a mi corazón pesado .

Un mundo luminoso,  claro,  se a cubierto con los años, a golpes Ubicuos  cotidianos, de una bruma fertil, Donde se gesta el engaño.

Observa atenta,  Como cierva incierta,  El espejismo pasajero,  De tu fiesta.

En mis confines pardos,  Te amo infinito a  ratos. Mientras en celo  inconcluso, Merodeo  Nocturno,  inconsciente,  Como un gato. 

Se despidió sediciosa en llanto,  Con un enamorado beso envenenado...

Fue una noche densa,  oscura, punitiva,  de pálidas  Estrellas. Partiste entre la niebla somnolienta  con descuido,  Sin enmienda. Tus pasos ebrios presurosos,  perseguían ciegos  Obscenas    fantasias sin senda. Mientras tu andar grosero   pisoteaba en apostasía  Los acuerdos, Que en la noche de los  tiempos,  en sagrado pacto Juramos conscientes, como ciertos .

Deslumbrados por las luces negras De sus sombras, Guiados por un falso olor a rosas,  Caminan ciegos al abismo,                   ... de la seductora fosa.

Hoy, e n la esquina opuesta  A mis sentidos, t e vi de reojo; Bailar sonriendo Exquisita, como una calavera.

Estas mismas estrellas  celestes, Han visto con el andar  de los años    Terrestres, a muchos otros duros  Agrestes, deshacerse en ciernes.

El calvario y la crucifixión  fueron ambos actos de pasión consciente.  Una lección mortal viviente  de amor inmortal  doliente.

Hoy he descubierto justo mi congoja; Pasa inevitable por tu piel, y tu lisonja. Quebrándose marchita, bajo los golpes Distantes, incesantes, del ultraje...

Aporte la cruz  Y los clavos  para ser crucificado; Estaba escrito, lo supe en la ruta  Hacia el calvario.

Quisiera  poder morder sutil  el aire,  Devorarlo, a spirar con fuerza,  succionarlo, Y con mis labios  entornados  como un fuelle febril,  Crear una  voragine  ascendente. Y con tersa fuerza atrayente  cautivar  dócil tu ser, Para regresarte  a salvo, a mi corazón ferviente .

Lo que poseo, lo veo efímero, l ejano,  inanimado;  Lo que perdí, s e hace solido y perpetuo. Mis ojos medio-extintos  d esean capturar  Tu rostro  incierto. Mientras la fuente de mis versos, i ngrávida,  Se seca en mi desierto. Y en lagrimas concisas, convierte el polvo en barro,  Y áridos lamentos.

El amor no es carne, no es objeto, Es un lazo inmutable dotado de misterio. No lo rompes, no lo cortas,  Es la voz de Dios que susurra en tu pecho.

Se que a pesar de todo;  De las puertas cerradas,  De los obscuros sepulcros,  Y las montañas heladas Y sus abismos cortantes. Nos deseamos febriles  Como  antes. Y  seremos  Por siempre anhelantes, En grávido dolor, silentes Amantes distantes.

Hoy he expulsado en precaria paz mi veneno, No sufro más ante su desenfreno. Acepto voluntariamente ciego, a quienes Pensándose venerables, vulneran los sueños.

Y yo soñaba alucinado,  que en mi espacio ella sería Siempre mi roca.  Y en un espasmo secreto extraño; En mis manos plenas, en polvo sofocante se desintegro, Por el soplo fulgurante d e otra boca.

Se ha convertido mi vida  En un recinto de lapidas y fosas, Todo parece estar inanimado. Solo sopla el viento arrastrando Pétalos ajados. No hay llanto, no hay lamentos,  El pozo de mis ojos se ha secado. Mis huesos duelen,  Los siento quejumbrosos y doblados. Los atormenta una gélida sombra Intensa, gestada en el pecado.

... Taciturno,  Con el corazón en el pecho moribundo. Musito a sus oídos lejanos,  vuelve,  Pero no a mi, vuelve a ser tu misma ...

Esta ahí,  observándote  Debajo de tu piel lejana. Abrazando seductora  Tus huesos, es tu alma. Que silenciosa, en el fondo, A gritos te reclama.

Hoy caminando observaba  absorto mis pasos,  Mis piernas se movían  en rítmica frecuencia, Como una danza cósmica en hipnótica cadencia Induciéndome al trance. Mientras mi alma pugnaba sediciosa,  por abandonar  La frontera de mi piel,  y sus bordes limitantes. Mi corazón se abrió en flor a la verdad inevitable, El cielo es algo intimo,  reside en ti, en mi,  Y el descubrirlo nos revela, que morimos inmortales

An unpleasant tremor  On my dainty marrow, Is the constant burden  Of my steely sorrow.

Ha muerto desolado,  un ancestral, i nevitable sueño. Esperado ensimismado,  Entre anhelos por milenios. Donde ella me amaba salvaje  En mi intimo silencio. Y juraba rigurosa con su sangre, Viviría solo de mi aliento. Alimentando pura mis ojos,  Como una alondra inocente En celo, trastornada acaso  Por  pasiones i ndulgentes.    Atrapándome perfecto,  Sin prisa, c on sus senos suculentos Al viento. Tejiendo con besos y heno,  su  nido  Por siempre,  en mi ávido  pecho.

How is your lifeless life breathing, Are the muses whispering?. Or they sleep  Profoundly, And speak to you silently in quivering  Rhymes?. When the muses talk in the gloomy night,  Do they incite you to fly ?. Or they hold you earthly in a deadly vice; And conceal you obscure in a barren life?.

Se mordía las uñas mordidas, En titubeo indecente,  en apariencia i nocente.  Cuando la decisión   incongruente  Reposaba ya caliente, Seductora,  e n la alcoba egoísta de su mente.  Mirando distante al frente,  Bajó la mano dura, inclemente;  Y chillo con ojos vacuos,  mostrando  Una certeza insolente,  ... Fuego!

Los días, en mi espacio dulce,  Se hacen años amargos despacio. Y se expanden largos,  Como interminables brazos. Y en ese transito, a mi sombra Al dolor acostumbrada. Con frecuencia le pregunto, Quien es ese ser ahora obscuro;  Que ayer me deslumbraba p uro,  Y me hundió sin reparo, en el barro.

He conocido numerosos universos   veleidosos.  Escuchado demasiadas contundentes  verdades  Qué mienten. Finalmente,  Siempre es la misma incontestable h istoria. Caminamos solos en la multitud, e n el azaroso  Viaje hacia l a gloria.

Te has preguntado,  Porque como un cadaver  El mundo enfurecido se corroe?. Te has preguntado, Porque veleidosos a la divina palabra  Le negamos la existencia?. Te has preguntado,  Porque la brutalidad pueril  De la glacial indolencia?. Te has preguntado  Porque abandonamos bruscamente,  Inocentes la sensata paciencia?. Te has preguntado, Porque traicionamos sin vergüenza,  Con trágica solvencia?. Te has preguntado,  Porque hacemos del miedo  Una perpetua experiencia?. Te has preguntado,  Porque vendemos sin pudor, Al mejor postor, nuestra conciencia?. Te has preguntado Porque mentimos, envenenando el alma,  Con la pócima mortal de la indecencia?. Te has preguntado,  Porque hablamos del amor e inmolamos Egoístas al amado sin clemencia?. Debes saber, que debajo de la piel,  Inmortales, se encuentran las respuestas...

El amor es una luz delicada, que ilumina como un sol reciente las mas lúgubres tinieblas.  Es ser leal en la dureza, es disfrutar en llanto la belleza, es ser fiel en la soledad de la pobreza;   Y es  cuidarse también del engañoso resplandor de la riqueza.  Debes defenderlo fuerte, con él sable entre tus dientes, del acecho voraz de la bajeza. Porque el amor lo es todo, lo comprende todo, no se selecciona, no se condiciona;  Es la fuerza tenaz de un interminable océano que sientes que te ahoga con esplendorosa gracia,                                                      . .. y jamas te abandona. El amor es el fuego implacable del alma...

Corren sigilosas, buscando amparo,  En lo s brazos desvirtuados  de hombres  Disfrazados, depravados. Por el peso del tiempo y del pecado,  Cándidos, sus cuerpos, cortejando la apariencia  Se degradan,  mortalmente erosionados. Entregan lujuriosas sin decoro, su piel,  Y  su corazón sin alma al mejor impostor, Penando en el tenaz dolor,  Por la incipiente existencia profanada. Mientras la sabia conciencia, sin tregua,  Contra la porfiada obscuridad c on inmortal  Valor  b atalla.

Soy como el viento  Suculento Que enamora sutil;  Desafiando cuerdo,  Los recuerdos.

Despuntaba amable el alba, Y yo buscaba en sueños vivos, Descifrar culpable su alma.

Que tus ojos brillen como faros en la niebla, Desde el fondo de tu ilusoria celda impuesta, Y que a pesar de ello t u cándida sonrisa,  Ante la profana adversidad jamas desista ...

Oía sus pasos urdidos,  Distantes, torcidos.  Dirigiéndose a mi,  Alados,  Caídos  Cual ángel ingenuo  , Sin sangre aparente, vencido.

Hay algo misterioso en la pasión de mi condena,  una especie de plan,  que constante, la integridad de mi alma pone a prueba. Sagaz, vulnera mi piel, y encendida perturba mi mente; fugaz ...  la escucho decir discreta, ven aquí, abreva piadoso tu corazón sediento en el agua amarga de mi fuente.

Hay un grito inmortal  interno,  Sordo, intenso; Que me recuerda  Cada día denso, como sin remedio, Inevitable, seras la cuna eterna De mis huesos.

He visto pasar  Por la frontera del cielo, Su alma azul,  Libre prisionera del Hielo.

Mi amor por ti no ha muerto.  Mi amor por ti no morirá,  Porque mi amor es puro, es recio,  Y no mata l a verdad por el precio; A pesar de mil heridas sucias, Y de tu rotundo desprecio. Pense, fulminado, en aquel ominoso Momento, morir al vivir,  Qué amortajada bailabas con muertos.

Tu futuro,  Incorporaba inocente mi pasado,  En tu pasado,   Vislumbre sonriente mi futuro.  Y en mi presente,  Mis huesos crepitan por verte...

Donde estabas cuando mis ojos confusos Se ahogaban e n llanto. Y mi corazón convulso imploraba mudo,  El grave consuelo d el sepulcro.

Días obscuros, noches encendidas,  vivo en un universo inverso...

Algún día serás lo que siempre has sido...

... y tus faltas mortecinas,  Innecesariamente asesinas,  Vivirán  albinas, copulando Sobre tus luminosos logros.

Tengo los días aparentemente  Entre mis manos,  Pero f ugaces se me escapan,  Como peces asustados,  Ante el incierto ser humano.